El domingo pasado día 11 subimos al amanecer la Cañada de la Laja seis intrépidos aventureros y un perro: Nuria con su perra Wuanda, Vicenta, Nani, Monica, Juan y Dolores. El caminar por el arroyo a esas horas de la mañana fue un placer para los sentidos, al colorido de la vegetación y la luz de los primeros rayos del sol, lo acompañaban los olores que la naturaleza tiene al comenzar un nuevo día y la frescura que la noche dejó en toda la cañada.
Al pie de la catarata descansamos y se tomo el bocata, un buen recostituyente para subir por ella.
Todos preparados nos dispusimos a trepar por la pendiente escarpada.
En la parte alta del salto de agua el descanso da pie para contemplar el paisaje que ofrece el fondo de la cañada.
Fuente de agua al lado del arroyo.
Último salto de agua antes de llegar a la Adelfilla Baja, en la Vereda del Faro a su paso por Malpaso.
El frecuente pinzón vulgar.
Hace 3 días
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