Ayer miércoles a las 20,30 presentamos en Fnac la Guía de la Vereda del Faro.
Desde este blog quiero agradecer a todas las personas que asistieron al acto, su presencia e interés, por la publicación de este primer trabajo de Sierra Blanca.
Las flores y el florero es un detalle de Juan Jiménez, cuatro claveles por cada una de las fundadoras de Mujeres en las Veredas y el singular florero una pieza de museo de su propiedad, una botella de la fábrica de gaseosa
que había en Marbella "Gaseosa Calzado".
¡Gracias Juan por adornarno la mesa con algo tan entrañable!
La presentación de Jesús Duarte fue como todo lo que él hace humana y profesional. Gracias a su buen hacer pergeñamos esta guía como probablemente el mejor libro de sus características que hay en el mercado.
Juan Jimenez quiso poner su grano de arena en la presentación y fue un placer escuchar lo que un marbellero autentico tenía que decir de Sierra Blanca.
Para todas las personas que no pudieron escuchar lo que Juan dijo sobre la sierra, acontinuación trascribo el escrito que he podido rescatar.
CUANDO MARBELLA RECUPERÓ SU NORTE
En la década de los 50 del pasado siglo, se inició una revolución económica-social, que cambiaría, para bien o para mal, la faz de la Ciudad de Marbella.
Recordemos los hoteles pioneros, motores de esta revolución:
1954 se inaugura el Hotel Marbella Club.
1957 se inaugura el Hotel El Fuerte.
1964 se inaugura el Hotel Meliá Don Pepe.
Todo ese cambio que ha generado la actividad turística, nos ha llevado a que hoy vivamos al 100% de los ingresos que nos proporciona dicho monocultivo.
Antes de la revolución turística éramos una sociedad fundamentalmente agrícola-ganadera, con un fuerte componente marinero. Esa sociedad tenía multitud de senderos, caminos, cordeles, veredas y trochas, que comunicaban, como auténticos cordones umbilicales, los distintos rincones de la sierra, y esta con las ciudades que la rodean. Al desaparecer la actividad agrícola-ganadera desaparece la utilidad y la función de dichos senderos y se abandonan atropelladamente. Marbella y su población se obcecan fijamente en el Sur, en sus hermosas playas, en el mar, estamos obnubilados por las riquezas que nos proporcionan los ingresos que generan el turismo, olvidándonos de su Norte.
Pero he aquí que aparecen un grupo de mujeres luchadoras, valerosas “Mujeres en las Veredas” para recuperar y reconquistar ese espacio vital marbellí: el Norte, la Sierra; con el objetivo de caminar por placer lo que nuestros abuelos caminaban por necesidad.
¡ que vueltas da la vida !
A la autora de la guía le traicionaron los dichosos nervios y en su nerviosismo no fue capaz de exponer como ella hubiera querido, tantas y tantas cosas como se podían haber dicho de esta hermosa vereda.
¡Ya me iré acostumbrando y podre controlar el miedo escénico!
Las nuevas generaciónes de las Veredas posaron sonrientes con la guía.
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